17 oct 2015

¡La Tentación Vencida!

¡La Tentación Vencida!
¿Por qué no tenemos más éxito en nuestra lucha por vivir según las normas de Dios? ¿POR QUÉ en ocasiones tropezamos y caemos? ¿Sabía usted que puede sobreponerse aun a sus debilidades y tentaciones más persistentes? ¡He aquí cómo!
 Por Herbert W. Armstrong

Tiene usted algún pecado que le acosa y le tortura – algún punto débil, quizás secreto – al que no ha podido sobreponerse? ¿Se ha batido usted alguna vez con la tentación, luchado contra ella, solo para darse cuenta después, con gran remordimiento, que su debate fue un fracaso – que no resultó vencedor después de todo? Quizás ahora mismo esté usted luchando contra algún vicio o hábito que lo tiene esclavizado – quizás esté atacándolo y combatiéndolo siempre pero, por alguna razón, jamás llega a vencerlo.    

Sólo los vencedores    Esto es serio. Es un imperativo categórico vencer nuestros pecados, nuestros malos hábitos y las tentaciones repentinas – expurgarlos por completo – si es que aspiramos a entrar en el Reino y heredar la vida eterna. “Al que VENCIERE”, dice Dios, “le daré que se siente conmigo en mi trono” (Apocalipsis 3:21). “Al que VENCIERE y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro” (Apocalipsis 2:26-27). Por ahora, no todos son llamados. Muchos, aunque han escuchado el verdadero mensaje, jamás han recibido el CONOCIMIENTO pleno y convincente de la verdad. Sencillamente, Dios no los está llamando ahora. No obstante, Dios sí está llamando ahora a ALGUNOS a una vida de separación – a una vida nueva y diferente, guiada por y llena del Espíritu Santo – a fin de que sus pecados les sean LAVADOS completamente y puedan CRECER en gracia y en conocimiento. Para que puedan prepararse a ocupar puestos de gran responsabilidad – como reyes o sacerdotes – en el REINO que El va a establecer. Y únicamente aquellos que logren la debida capacitación, mediante este entrenamiento, el triunfo sobre el mal, y el desarrollo espiritual DURANTE ESTA VIDA TERRENA – serán los que reinen con Cristo. Estudie bien la parábola de las minas en Lucas 19:11-27. Así pues, la vida cristiana es una vida nueva y diferente – una vida de TRIUNFOS. ¡El pecado debe ser extirpado DE CUAJO! Debemos ser justificados                                                                                                                                    
Por qué tropezamos y caemos     ¿Por qué, pues, tantos de nosotros continuamente tropezamos y caemos? Sí, aun aquellos que se esfuerzan, que luchan y ORAN tenazmente, pidiendo ayuda para vencer algún hábito despreciable. ¿POR QUÉ? Primeramente, notemos parte de la instrucción de Pablo a los filipenses. “Y ser hallado en El, no teniendo MI PROPIA justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia QUE ES DE DIOS por la fe” (Filipenses 3:9). Observe que no es NUESTRA justicia, sino LA DE DIOS. David fue inspirado a escribir: “Todos tus Mandamientos son justicia” (Salmos 119:172). Sí, y AMOR es cumplimiento de la ley – la observancia de los 10 Mandamientos de Dios (Romanos 13:10 y I Juan 5:3).        

El tipo de AMOR que se requiere     Aquí hay un problema. Demasiados cristianos están luchando – esforzándose – tratando de guardar los 10 Mandamientos por su propia fuerza y poder – pensando que SU propio amor humano es el que cumple la Ley. Demasiados “cristianos” han sido convertidos únicamente al ARGUMENTO de guardar los 10 Mandamientos de Dios. Jamás han EXPERIMENTADO la verdadera salvación – pues una conversión verdadera es una EXPERIENCIA REAL. Lo que estas personas necesitan es ir a un lugar privado – a solas con Dios, perseverando en ello hasta que en realidad SEPAN que están convertidas por el PODER DE DIOS y que han recibido su Santo Espíritu. ¡No es de extrañar que muchos continuamente se desilusionen y piensen en darse por vencidos!
¡Nosotros los humanos ni siquiera TENEMOS el tipo de amor que cumple la ley de Dios y nos vuelve justos! ¡EL AMOR proviene de Dios, ya que Dios ES amor! Y se requiere el “amor de Dios... derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo” (Romanos 5:5), para cumplir la ley; para hacernos fieles observantes de los Mandamientos e impartirnos la JUSTICIA misma DE DIOS. La ley es ESPIRITUAL (Romanos 7:14). Nosotros, carnales. Se requiere un amor ESPIRITUAL para cumplir una ley espiritual. El Espíritu Santo en nosotros es meramente ¡LA LEY DE DIOS EN ACCION! Y, puesto que sólo Dios puede proporcionar el AMOR que nos vuelve justos, la justicia de Dios, no la nuestra, es la que nos justifica.                              

Cómo tener FE  Pero, ¿cómo es que podemos recibir este AMOR? Veamos una vez más la Escritura citada anteriormente: “...la justicia que es de Dios POR LA FE”. Este amor o justicia llega por la FE. Ahora bien, la mayoría de las personas piensan que la FE – por medio de la cual hemos de recibir todo lo que Dios nos da – es algo que nosotros mismos, por nuestra propia fuerza y mediante cierto tipo de esfuerzo agotador, debemos generar y suplir. Y ¡vaya que si se convierte en un esfuerzo eso de tratar de tener FE!, ¿no es así? ¡Niñitos en Cristo! ¿Acaso no podemos ver que si NOSOTROS pudiéramos proporcionar la fe que trae todo lo demás, entonces nosotros mismo nos ganaríamos nuestra propia salvación por OBRAS? ¡Sería el tipo de justicia que es como TRAPO DE INMUNDICIA (Isaías 64:6) a los ojos de Dios! ¡Dejemos ya de tratar de generar fe! NOSOTROS no tenemos nada de fe. ¡La Escritura, en Filipenses 3:9, habla únicamente de “LA FE DE CRISTO”! ¡Jesús tenia VERDADERA FE! ¡El realizaba milagros! El resucitó de entre los muertos -- ¡Y EL VIVE! ¡Y aquí está el secreto! ¡El nos da – El nos imparte – SU fe que es firme! Sí, aun la FE es un don de Dios – uno de los DONES espirituales (Efesios 2:8 y I Corintios 12:9). Entonces, ¿qué debemos hacer para tener más fe? Simplemente someternos; ceder nuestros deseos, nuestros propósitos y nuestra voluntad a EL ¡PEDIRLE esa fe en verdadera y fervorosa oración y confiar en El para que la dé!       

 ¡Por qué no hemos sido librados!     Dios promete en su Palabra: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que DARA TAMBIÉN juntamente con la tentación LA SALIDA, para que podáis soportar” (I Corintios 10:13). ¿Pero acaso en su experiencia personal no le ha parecido a menudo que Dios no ha cumplido esta promesa? Sobrevino la tentación; usted luchó – oró – pero, a pesar de todo, fue vencido y no encontró “la salida”. ¿Qué es, pues, lo que anda mal? Jesús dijo: “No te desampararé ni te dejaré” (Hebreos 13:5). “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). La palabra de Dios promete, “El pecado NO se enseñoreará de vosotros” (Romanos 6:14). Pero, a pesar de todo, ¿no ha visto usted que el pecado sí se ha ENSEÑOREADO de usted, reduciéndolo a su esclavo? ¿No ha luchado desesperadamente, aun con lagrimas – tan sólo para fracasar después?                                                                                                                                                      
Cómo aplicar y usar la fe   ¿POR QUÉ? ¿Qué es lo que anda mal? Sencillamente que no hemos aprendido a recibir, aplicar y usar la FE que Dios promete dar. Primeramente, hay algo que NOSOTROS debemos hacer. Algunos van a un extremo y tratan de hacerlo todo por sí solos. Otros, por el contrario, se pasan al extremo opuesto – imploran ayuda a Dios, pero hacen poco esfuerzo ellos mismos y esperan que El lo haga todo. Santiago dice: “Someteos, pues a Dios, resistid al diablo y huirá de vosotros” (Santiago 4:7). ¡Someterse! ¡Resistir! Esto requiere esfuerzo. Pedro dice que nos humillemos, echando TODA nuestra ansiedad sobre el Señor y nos manda ser sobrios y VIGILANTES, porque el diablo anda buscando cómo tentarnos cuando no estamos en guarda, “al cual RESISTID, firmes en la fe” (I Pedro 5:6-9). Se nos ordena resistir a Satanás y resistirlo en la fe de Cristo. Sí, pero ¿CÓMO?                                  
Debemos velar  La clave está en la palabra “VELAD”. ¡Estar siempre alertas! ¡Ser siempre precavidos! ¡Estar en guardia! Es ahí donde flaqueamos. Se requiere un esfuerzo continuo y vigilante, sin flaquear jamás. ¡Si no fuera por el hecho de que nosotros mismos debemos hacer un esfuerzo, jamás podríamos ser VENCEDORES! Por otra parte, si tuviéramos nosotros mismos el poder para realizarlo todo, entonces no necesitaríamos a Dios. De manera es que, see requiere nuestro esfuerzo – un esfuerzo siempre VIGILANTE y continuo – pero con la potencia y la 3 eficacia del ESPÍRITU DE DIOS. Continúa Santiago: “Acercaros a Dios y él se acercará a vosotros” (Santiago 4:8). ¡Ya nos vamos acercando a la respuesta!                                            Cuando llega la tentación, si no estamos en guardia, nos apartamos DEMASIADO DE DIOS – entonces, nos encontramos imposibilitados para acercarnos REPENTINAMENTE a El para obtener la ayuda y la salvación que necesitamos. A veces la comunión con Dios no se establece inmediatamente.                                                                                                                
Un soldado de Jesucristo   No siempre se logra de súbito ese contacto intimo que nos permite extraer de el poder que súbitamente necesitamos. En otras palabras, cuando la tentación llega de repente, nos encuentra con la “guardia en bajo” – si no hemos orado – si no hemos tenido contacto con Dios -- ¡SI NO HEMOS PRACTICADO NUESTROS EJERCICIOS ESPIRITUALES! Entonces usted entabla una BATALLA contra Satanás. Trata de luchar con él, pero está FUERA DE ENTRENAMIENTO; en muy mala condición espiritual.  Suponga usted que un boxeador profesional que estuviera fuera de condición, sin haber entrenado, se encontrara repentinamente dentro del cuadrilátero peleando contra el campeón mundial de peso completo. En tales condiciones, ¿cree usted que hombre alguno pudiera vencer? ¡Pues, considere cuánto más poderoso es Satanás en comparación! ¡Con razón fracasamos! Un luchador así, que hubiera estado disipando sus fuerzas, parrandeando, debilitándose físicamente, ¿podría REPENTINAMENTE reunir la fuerza y la habilidad suficientes como para vencer al campeón del mundo? ¿Podría un corredor olímpico realizar una carrera exitosa y ganar sin antes entrenarse y prepararse diligentemente para la carrera? ¿Cree usted que ganaría si estuviera EN PÉSIMA CONDICIÓN FÍSICA cuando tuviera lugar la competencia? Pues igualmente nosotros no podemos vencer en estas batallas espirituales estando fuera de condición ESPIRITUAL. Todo el poder, toda la fuerza espiritual proviene de Dios. ¡Y nosotros podemos beberla y absorberla de El sólo cuando estamos EN CONTACTO CONTINUO con El! Pero cuando las tentaciones nos avasallan de repente – y luchamos y clamamos desesperadamente a Dios pidiéndole ayuda – si no somos librados es que sencillamente nos hemos apartado DEMASIADO DE EL como para lograr lo que pedimos. Para llegar a estar en una condición espiritual vigilante con qué hacer frente a nuestros enemigos – la tentación y el pecado – necesitamos un entrenamiento espiritual.                                                   
La oración  Necesitamos ORAR constante, ferviente y sinceramente. Es por ello que se nos ordena tan frecuentemente PERSEVERAR EN LA ORACIÓN. ¡NO CESAR! Si nosotros nos acercamos a Dios y luego PERMANECEMOS siempre cerca de El, nuestro problema habrá sido resuelto. Entonces tendremos la FE. Entonces estaremos continuamente LLENOS de su Espíritu – de su poder para vencer. Y seguiremos en buena condición espiritual únicamente en tanto mantengamos nuestra mente – nuestros deseos y pensamientos – en cosas ESPIRITUALES. Lea Colosenses 3:1-10. la mayoría de nosotros tenemos nuestras mentes llenas de problemas e intereses terrenales y materiales, dedicándonos a lo espiritual únicamente en ocasiones. Pero el mandato es buscar PRIMERAMENTE el Reino de Dios y SU JUSTICIA. A veces es necesaria una acometida de AYUNO Y ORACIÓN – oración fervorosa, diligente, decidida para buscar a Dios con toda nuestra fuerza, aun con lagrimas, y perseverar en ello RESUELTAMENTE hasta que logremos hacernos escuchar. Entonces debemos CONTINUAR una vida de constante oración, “echando TODA nuestra ansiedad sobre EL” (I Pedro 5:7). Esto no lo estamos haciendo. Si lo hiciéramos, cada día tendríamos incontables motivos para orar. Y todo campeón espiritual necesita orar EN PRIVADO cada día, con verdadero fervor, además de orar con su familia y en publico cuando así se requiere.  ¿Lo vale la vida eterna?
Como evitar el pecado

 ¿Sabia usted que si es pecado hacer determinada cosa, también es pecado albergar en su mente pensamientos de esa misma cosa? "Todos han pecado", dice la Escritura. ¿Que, exactamente, es el pecado?
 Muchos consideran a Hollywood como la Meca del pecado. En las librerías de esa ciudad se puede encontrar un librito bastante mundano, escrito en vena muy humorística y mordaz. Se titula, Como pecar en Hollywood.                                         
En el se da una definición muy carnal de lo que es el pecado— quizás la definición del mismo diablo, que dedica su tiempo a inducir a las gentes al pecado. La definición es expresiva y no esta muy lejos de la verdad. 
Hela aquí: "El pecado es pensar lo que uno no debe pensar acerca de cosas que uno no debe hacer, mientras que piensa eso que no debe pensar". 
La definición de Dios es: "El pecado es la trasgresión de la ley"—la ley de amor, según es definida por los Diez Mandamientos (1 Juan 3:4). Jesús dijo: "Lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias [violación es, todas , de la ley—los Diez Mandamientos]..." (Marcos 7:20-22). "Todos han pecado". Y ¿que hombre—en particular, que cristiano—hay que no haya experimentado una y otra vez la lucha contra el pecado descrita por el apóstol Pablo? "Porque lo que hago no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago... porque el querer el bien esta en mi, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago" (Ro. 7:15-19). ¿Quién hay que no haya perdido esta lucha, quizás muchas veces? Por supuesto que ningún hombre, de si mismo, puede vivir al margen del pecado. "Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible" (Mt. 19:26). Y Pablo continua mostrando que la única liberación de este "cuerpo de muerte" es a través de Jesucristo y el poder que imparte el Espíritu Santo de Dios— "para que la  justicia de la ley se cumpla en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu... estos son los hijos de Dios" (Ro. 8:4, 14). 
Si, pero también nosotros tenemos nuestra parte en ello. Y todo esta directamente relacionado con nuestra mente.
 Arrepentirse de haber pecado significa, efectivamente, cambiar de ideas y de actitud respecto al pecado. Si nos arrepentimos y aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, la promesa de Dios es que recibiremos el don del Espíritu Santo. "Renovaos en el espíritu de vuestra mente" (Ef. 4:23)—y la presencia del Espíritu Santo es precisamente esa renovación de la mente. Pero, ¿como tiene lugar el pecado? "...cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia [deseo] es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia [ese deseo en la mente], después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte" (Stg. 1: 14-15). La tentación esta en la mente. Cuando usted piensa acerca de la cosa que lo tienta o lo atrae—cuando "le da vueltas" en su mente—ya sea el deseo de ir a alguna parte, de hacer algo o de tener algo que usted sabe es malo —ese constante pensar en ello finalmente conduce a la acción y engendra el pecado. Al fin, usted lleva a cabo esa cosa que tanto pensó y deseo. Si continua pensando en ella, después de un rato le será imposible resistir. 
Es por esto que ha perdido tantas de las batallas espirituales contra el pecado. ¡Usted siguió pensando en ello—queriéndolo—deseándolo!

La forma de evitar el pecado es permitir que el Espíritu de Dios llene la mente. "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra" (Col. 3:2). La forma de sacar algo de la mente es poner dentro un pensamiento totalmente opuesto. Muy a menudo, noto como los padres jóvenes tratan, con verdadera desesperación, de acallar a su bebe cuando flora en una reunión o hostería. Pues bien, hay algo en la mente de ese bebe que esta ocasionando su descontento. El mero decirle "shhhh" u ordenarle que deje de llorar generalmente no da muy buen resultado. Mi esposa y yo criamos cuatro hijos y hace mucho aprendí el truco de acallar al bebe meramente fijando su atención en otra cosa. En vez de ordenarle que deje de llorar, atraiga usted su atención con un nuevo objeto—interéselo en jugar con ese objeto (yo he utilizado mi pluma con excelentes resultados) y vera con que rapidez el niño se olvidara de su llanto. Utilice este mismo método en sus luchas personales de cosas materiales o mundanas. Una persona madura debe hacer uso de la autodisciplina y fijar su mente en cosas espirituales. Abra su Biblia. Ponga en su mente el estudio de algún tema espiritual. Hágalo la próxima vez que se vea tentado. Ore. Pida ayuda a Dios. Vera con que rapidez tan sorprendente empezara a obtener la victoria sobre la tentación y el pecado. Y su crecimiento espiritual y el desarrollo de su carácter serán asombrosos.

(Que es un verdadero cristiano? Por Herbert W Armstrong)
Temas conectados 
Capítulo 1: El sermón del monte
Capitulo 2: ¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
Capitulo 3: ¿Debe usted ser bautizado?
Capitulo 4: Usted puede ser saturado del poder de Dios
Capitulo 5: La tentación vencida 
Capitulo 6 :El por qué de las oraciones sin respuesta 
Capitulo 7: Claves para la oración efectiva

No hay comentarios:

Publicar un comentario