Capitulo 4 ¿Qué es un verdadero Cristiano? "Acuérdate de lo que has recibido y
oído. Guárdalo, y arrepiéntete. Si no velas, vendré como ladrón, Y no sabrás a
qué hora vendré sobre ti.” Apocalipsis
3:3
Usted puede ser saturado del poder de
Dios
Por Herbert W. Armstrong
CONSTANTEMENTE nos bombardean relampagazos de
noticias con reportes de nuevos e inopinados poderes desatados por la ciencia. Jamás
había tenido el mundo en sus manos poder mas asombroso que el que ahora tiene.
Las
naciones, en su furiosa lucha por la supervivencia, están acumulando
aterradoras armas de increíble poder. Las fabricas están lanzando al mercado
maquinaria de diversos tipos con cada vez mayor potencia para satisfacer al
publico ansioso siempre de adquirir poder. Los adictos a los productos
alimenticios para la buena salud, están ofreciendo nuevas pócimas, que a decir
de ellos, son muy poderosas y garantizan rejuvenecer a los impotentes y a los
ancianos. Aun las iglesias están vendiendo nuevos métodos para sacar
"poderes ocultos" que yacen adormecidos dentro de la persona. Sin
embargo, hoy en día los hombres están, en lo que a espiritualidad se refiere,
mas vacíos, mas desmayados y faltos de poder que nunca. ¡Las iglesias son
insípidas, insulsas, desprovistas de verdadero celo espiritual! ¿En donde
empezó el mal? ¿Estamos alejándonos de la real fuente de poder que saturo a la
Iglesia original en los días apostólicos?
La fuente de ese poder
Por una
razón los hombres están espiritualmente vacíos, insatisfechos, frustrados: Han
ido a otra fuente, no a la genuina, en busca de poder. Las iglesias tienen
puestos sus ojos en cosas materiales, en panaceas sicológicas. No tienen la
mira en la verdadera fuente de poder que lleno a los apóstoles y a la Iglesia
entera en los días apostólicos. Veamos cual es la fuente de aquel poder:
"Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que
abundéis en esperanza, por el poder del Espíritu Santo" (Romanos 15:13).
¡Note que dice "os llene"! ¿Llene de que? ¡"De todo gozo y
paz"! ¿Mediante que poder? ;"Por el poder del Espíritu Santo,'! La
inspirada Iglesia original del Nuevo Testamento estaba llena del poder del
Espíritu Santo. No vemos eso en la
actualidad. Por lo contrario, vemos insípida seudo espiritualidad, o
desenfrenado emocionalismo humano disfrazado como el poder de Dios.
Considere el gran poder espiritual que inundo
a la Iglesia en los días apostólicos: "Cuando hubieron orado" —la
Iglesia inspirada—"el lugar en que estaban congregados tembló; y todos
fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de
Dios" (Hechos 4:31). ¡Predicación inspirada—no sermones suaves y
blandos—procedía de los labios de los apóstoles! ¿Ve usted poder semejante en
las iglesias de hoy? El poder que emanaba de los apóstoles no era un éxtasis
emocional, descontrolado, seudo-espiritual, generado humanamente, como el que
frecuentemente se puede presenciar en las campanas evangelisticas. El de ellos
era el verdadero poder de Dios—no una impostura expresada con emocionalismos
desordenados.
El mundo en total
confusión
¿Pero por que
generalmente no se escuchan sermones inspirados, vigorosos, con pensamientos
espirituales, en la actualidad? ¿Han perdido las iglesias contacto con el
Espíritu Santo de Dios? ¿Cuantos de los que profesan ser cristianos saben
realmente lo que es el Espíritu Santo— por que lo necesitan —y como pueden
recibirlo? ¿Cuantos creen realmente que Dios actúa y opera en las vidas humanas
por medio del Espíritu Santo?
¿Por que tan
pocos están de acuerdo en cuanto a lo que es el Espíritu Santo?— ¿o acerca de
por que necesitamos el Espíritu Santo? ¿No es tiempo ya de que entendamos la
verdad acerca de este asunto tan vital?
Predicando acerca de un
espíritu falso
La mayoría
esta totalmente desapercibida de la amonestación de Pablo respecto a que habría
muchas iglesias falsas que predicarían doctrinas diferentes acerca del Espíritu
Santo—y que lograrían engañar a las mayorías para que aceptasen un espíritu
distinto al verdadero Espíritu Santo revelado en la Escritura.
Note lo que
dice este pasaje: "Pero temo"—Pablo preveía con tristeza lo que iba a
suceder en nuestra era— "que como la serpiente con su astucia engaño a
Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincere
fidelidad a Cristo" — la doctrine de Cristo es simple cuando la
entendemos—¡no es un misterio teológico!
Continuando
en 2 Corintios 11:3-4: ''Porque si viene alguno"—cualquier ministro falso
que viene en el nombre de Cristo, predicando "a otro Jesús"—el mundo
esta lleno de la predicación de un Jesús diferente que nació, murió y resucito
a diferente hora que la del verdadero Mesías, un Jesús diferente que rechazo
las leyes inmutables del Padre —un Jesús distinto "que el que os hemos predicado"—
dice Pablo—"o si recibís otro espíritu que el que os hemos
predicado"—por medio de la predicación de los apóstoles —"bien lo
toleráis", es decir, lo aceptáis.
¡Eso es lo
que ha sucedido en la hora presente! Pablo advirtió que era posible recibir un
"espíritu diferente" y un "evangelio distinto".
¡Esta
profética advertencia de Pablo ya encontró su fiel cumplimiento! El mundo ha
aceptado un espíritu diferente— el espíritu del error, no el espíritu de la
verdad. La llamada cristiandad esta dividida en centenares de sectas diferentes
que predican doctrinas diferentes a las de los inspirados apóstoles de
Jesucristo.
Esta
apostasía de la verdad —este rechazamiento del Espíritu Santo de Dios— empezó
en los días apostólicos. Ya para cuando Pablo escribió esta segunda carta a los
corintios, habían surgido falsos ministros. Las gentes escuchaban y les
agradaba la predicación suave y arrulladora. Y la mayoría de los que se dicen
cristianos han venido haciendo lo mismo desde entonces. No es de extrañar que
el mundo carezca de poder espiritual en la actualidad.
La verdad quedo sepultada bajo un cúmulo de
escombros de superstición e ignorancia. Pero ya es tiempo de que encaremos la
realidad honradamente y escudriñemos la Biblia hasta encontrar lo que Dios
revela acerca de su Espíritu Santo.
Como recibir el
Espíritu Santo
Hay
solamente un Espíritu Santo—solamente una fuente de poder divino espiritual.
Sin el, jamás ganaremos vida eterna.
¿Cómo lo
recibimos?
Abra su Biblia en Lucas 11:13. Aquí están las
propias palabras de Jesús: "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dadivas a vuestros hijos, ¿cuanto mas vuestro Padre celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan?".
Observe que
el Espíritu Santo es un don. Así se le llama en Hechos 10:45 y 11:17. En
consecuencia, el Espíritu Santo no es algo que trajimos al nacer, ni tampoco es
algo que ganamos. Es la fuente de poder espiritual que necesitamos, pero que
recibimos como un don mediante petición que del mismo hagamos a Dios. ¿Pero
como sabemos que Dios nos oye cuando le pedimos algo en oración? He aquí la
respuesta: "Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de el, porque
guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de
el. Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y
nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado" (1 Juan 3:22-23).
Note que no
solamente hemos de arrepentirnos y creer en Jesucristo sino que también tenemos
que obedecer al Padre—eso es lo que es amor. "Pues este es el amor de
Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos"
(1 Juan 5:3). Si cumplimos con estas condiciones por medio de la completa e
incondicional rendición de nuestras voluntades a Dios, El nos responderá.
Entonces podemos recibir el Espíritu Santo. Observe la explicación que sobre
esto mismo se da en Hechos 2:38.
"Pedro
les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo".
¡He ahí el
cómo! Usted empieza por arrepentirse—por volverse de sus pecados pasados,
mediante la sangre de Cristo, por hacerse bautizar (inmergir). Una vez
cumplidos esos requisitos tiene la promesa incondicional del Espíritu Santo. Dios
se ha obligado a si mismo a efectuar su parte si usted efectúa primeramente la
suya. A partir de entonces, usted puede pedir a Dios que le dirija por medio de
su Santo Espíritu y le ayude a vivir una vida nueva de conformidad con su
Palabra revelada, la Biblia.
Continuando en Hechos 5:32, leemos: "Y
nosotros"— los apóstoles —"somos testigos suyos de estas cosas, y
también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen".
Note la
importancia que se da a la obediencia, a la complete sumisión de su mente
carnal a la voluntad de Dios — a la ley de Dios. Jesús dijo: "No se haga
mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42. Dios espera de nosotros una
actitud obediente, sumisa, antes de que recibamos el Espíritu Santo. Que
claramente se indica que el Espíritu Santo es el espíritu de total sumisión y
obediencia al Padre. ¡Ese es el camino hacia una vida plena, abundante,
rebosante de poder!
Como llevar una vida
fructífera
¿Cuantos de
ustedes se sienten vacíos y frustrados —espiritualmente muertos? ¡He aquí las
instrucciones para llevar una vida rejuvenecida, fructífera; en otras palabras,
para ser saturado de poder! Note cual es el fruto del Espíritu: "Mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley" (Gálatas 5:22). Es
por medio del fruto del Espíritu que usted se da cuenta de que ha recibido el
Espíritu Santo de Dios. "Por sus frutos los conoceréis", dijo Jesús
(Mateo 7:20).
El primer
fruto es amor. El amor es el mas grande poder espiritual sobre la Tierra.
"El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado", dice Pablo en Romanos 5:5. ¿Que cosa es el amor
de Dios?
"El amor es pues el cumplimiento de la
ley", responde Pablo en Romanos 13:10 (Versión Moderna). El amor es una
fuerza divina, espiritual, impartida por el Espíritu Santo, que encauza la
voluntad humana hacia la obediencia—obediencia a la ley de Dios. Si usted ama a
Dios, guardará—mediante el poder de Dios, no por su propia fortaleza—todos sus
mandamientos—los diez completos.
Todo aquel
que continua en desobediencia, es decir, quebrantando la ley de amor de Dios,
no ha recibido el Espíritu de Dios ni tiene el poder de Dios obrando en el. Eso
quiere decir que los millones de engañados, aunque sinceros cristianos de
nombre, que no han rendido sus voluntades a Dios y que no guardan todos los
mandamientos (los diez), jamás han
recibido el Espíritu de Dios— están aun inconversos—y jamás serán convertidos
mientras no se rindan a la divina ley espiritual de amor.
Los otros
frutos del Espíritu, mencionados por Pablo en Gálatas 5:22, amplifican la
actitud del amor. La obediencia a Dios no es severa ni cruel o inflexible—es un
gozo, es apacible y tranquila; se expresa a si misma en dominio propio. El
dominio propio es la clave para lograr el verdadero poder espiritual. La
mayoría de las personas no pueden ser saturadas con poder espiritual porque no
se han dispuesto a ejercitar el dominio propio. El poder sin control es peor
que la carencia total de poder. Comprendo que esto le sea difícil de creer. A
usted quizás le han hecho creer que no puede recibir el Espíritu Santo a menos
que desarrolle sus emociones—a menos que rechace la ley de Dios. Esa engañosa
doctrine es el resultado de escuchar un evangelio pervertido—un evangelio
diferente al que Jesús predico. Ese es el camino de Caín que odio a su hermano
Abel. La ley divina de amor ha sido el mensaje de Dios desde el principio (1
Juan 3:11-12). Pero los hombres han rechazado ese mensaje!
Por que necesitamos el
Espíritu Santo
El hombre nació sin la chispa vital que le
capacitaría para vivir eternamente. El hombre es mortal; esta sujeto a la
muerte.
Note esto: "Y si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de el. Pero si Cristo esta en vosotros"—viviendo
la misma vida en nosotros ahora por medio del Espíritu Santo, de la misma
manera que vivió por el Espíritu Santo mientras se hallaba personalmente sobre
la Tierra—"el cuerpo en verdad esta muerto a causa del pecado, mas el
espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levanto de
los muertos a Jesús more en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo
Jesús vivificara también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en
vosotros" (Romanos 8:9-11).
¡Que claro!
El Espíritu Santo imparte el poder para comenzar la vida eterna. Nosotros
heredamos vida mortal a través de Adán. Y nos convertimos en herederos de vida
eterna—herederos de Dios—al ser engendrados por medio del Espíritu Santo, que
es la vida de Dios. "Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida
eterna; y esta vida esta en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el
que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a
vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis
vida eterna" (1 Juan 5:11-13).
Vida eterna con poder espiritual sin fin como
un don de Dios. Ese es un atributo del Espíritu Santo de Dios "porque la
paga del pecado es muerte: mas la dadiva de Dios es vida eterna"—si ya la
poseyéramos no seria una dadiva; seria- una herencia (Romanos 8:23).
Pero el Espíritu Santo hace algo mas que
impartirnos la posibilidad de vida eterna. Nos imparte las características del
Todopoderoso, Dios el Padre.
Esa porción del Espíritu Santo, que la persona
puede recibir si la solicita a Dios de conformidad con su voluntad bien puede
compararse al germen o semen de la vida física porque nos transmite los poderes
mentales de Dios y atributos espirituales.
El germen de vida
eterna
Primeramente note que el Espíritu Santo —el
germen mediante el cual somos engendrados—procede del Padre. Dios tiene
características masculinas. Por esos que le llamamos "Padre".
Nosotros somos llamados los "hijos de Dios" (1 Juan 3:1). Dios, por
lo tanto, tiene el poder de engendrarnos como sus hijos. Nos engendra por su
Espíritu". Cada porción del Espíritu mediante la cual somos engendrados es
llamada en la Biblia germen o "simiente". Pedro nos dice que hemos
sido "reengendrados, no de simiente corruptible, sino incorruptible, por
medio de la Palabra de Dios, la cual vive y permanece para siempre" (1
Pedro 1:23, Versión Moderna). Jesús complementa estas palabras al decir que
tenemos que nacer otra vez —en la resurrección— cuando seamos espíritu. Ahora
solo somos carne, con el germen o simiente espiritual de vida eterna el cual
nos imparte poder.
En segundo
lugar, note que uno de los atributos del Espíritu de Dios es carácter perfecto.
El Espíritu Santo, el germen de vida eterna, nos transmite esa posibilidad. Es
el Espíritu de obediencia—de perfección.
Todo aquel
que sea engendrado de Dios debe pedir al Padre el poder para resistir el
pecado. Tenemos que dejar que Cristo viva su vida en nosotros por medio del Espíritu
Santo. Si Cristo habita en nosotros, por medio del Espíritu Santo, tenemos el poder para resistir el
continuar practicando pecado. Recuerde que Pablo escribió: "Porque lo que
obro no lo apruebo; porque no lo que quiero es lo que practico; sino lo que
odio, eso hago. Pero si hago lo que no quiero hacer, consiento en que la ley es
buena... Porque yo se que no habita en mi, es decir, en mi carne, cosa buena:
pues esta presente conmigo el querer, (mas no obrar lo que es bueno)"
(Romanos 7:15-18, Ver.: Moderna).
Note cuan
débil e impotente era Pablo en realidad para resistir el pecado. Necesitaba
ayuda divina — el mismo poder que estaba en Jesucristo — para resistir el
pecado. ¡Ese poder proviene del Espíritu Santo de Dios!
La mente de Dios
La conversión empieza con el arrepentimiento.
Conversión significa cambio. Arrepentimiento significa un cambio del mal al
bien. Es un cambio de mente. Pero ese cambio no baste. Tenemos que recibir el
Espíritu de Dios a fin de que ese cambio sea permanente. Nuestras mentes tienen
que desarrollarse hasta llegar a ser semejantes a la mente de Dios. "Haya
pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús" (Filipenses
2:5). Es menester que tengamos la mente o actitud de Jesucristo. Y tal actitud
viene solamente por la adición del Espíritu Santo a la mente natural con que
nacimos. He aquí la razón:
La Biblia
revela que hay un espíritu en el hombre (Job 32:8). No se trata del hombre
mismo, sino de algo que esta dentro del hombre. Unido al cerebro físico forma
la mente humana. Hace posible el poder del intelecto y de la personalidad que
un mero animal no puede tener. Este espíritu en el hombre no es consciente de
si. No puede tener conocimiento por si solo, aparte del cerebro. Es esencia de
espíritu. Es un espíritu humano. Con este espíritu el hombre puede tener
conocimiento únicamente de cosas físicas. Se requiere de otro espíritu—el
Espíritu Santo de Dios— para abrir la mente humana a la comprensión de cosas
espirituales (1 Corintios 2:9-11).
"Porque
el animo carnal"—la mente carnal con que nacimos — "es muerte" —
produce muerte, no puede pensar con claridad—"mas el animo espiritual [la
mente del Espíritu] es vida y paz". Una mente humana unida al espíritu que
proviene de Dios y que es controlada por dicho espíritu, produce vida eterna y
paz. Pero "el animo carnal es enemistad contra Dios; pues no esta sujeto a
la ley de Dios, ni a la verdad lo puede estar" (Romanos 8:6-7 Versión
Moderna). A decir verdad, no estamos del todo normales hasta que obtenemos la
mente de Dios. Mientras no la recibimos, nos hallamos en un plano mental
ligeramente superior al de los animales irracionales que se guían por el
instinto. Muy pocos se den cuenta de lo grande y todopoderoso que es Dios y de
lo inmenso que es su amor al hacer posible que nosotros tengamos su mente.
Ahora que
entendemos que el Espíritu Santo imparte vida eterna y las características
espirituales de Dios, podemos entender mejor la naturaleza y los atributos del
Espíritu.
Lo que significa nacer
de Dios
Solamente
cuando una persona nace de Dios por medio de una resurrección, es perfecta (1
Juan 3:9-10). Cristo es el único ser humano que hasta ahora ha nacido así de
Dios. El es perfecto. Si El, por decirlo así, vive su vida en nosotros por
medio del Espíritu Santo—lo cual es lo mismo que decir que hemos de vivir por
cada palabra de Dios, porque Cristo es el verbo personificado, Cristo es la
Biblia en acción—tenemos a la mano el poder de dominio propio, si nos sometemos
a su Espíritu. ¡Tenemos el poder para crecer a la estatura de su carácter
perfecto como el de Dios!
¡Por supuesto! Si somos los hijos de Dios,
hemos' crecer para llegar a ser semejantes a El. Así es en toda la naturaleza.
Y es igualmente cierto del Espíritu como de la materia.
"Porque
las cosas invisibles de el, su eterno poder y deidad, se hacen claramente
visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas” (Romanos 1:20). La creación física revela el divino atributo de Dios
para reproducirnos a su imagen. La naturaleza reproduce; por lo tanto, revela
que Dios también se reproduce. Y si El es nuestro Padre, si somos engendrados
de su simiente, el Espíritu Santo, llegaremos a ser como El. ¡Eso es lo que el
mundo no sabe!
La familia de Dios
Siendo así
que hay un Padre Celestial, y nosotros somos sus hijos engendrados, entonces
Dios tiene que ser una familia. Y la Iglesia de Dios tiene que estar compuesta
de la familia engendrada de Dios. Es el Espíritu Santo el que unifica a la Iglesia.
Note los
nexos de familia que se mencionan en Gálatas 4:6-7: "Dios envió a vuestros
corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: “¡Abba!", que significa
"Padre". Este es el mismo Espíritu mediante el cual somos puestos o
inmergidos dentro de la Iglesia. "Porque por un solo Espíritu fuimos todos
bautizados en un cuerpo"—la Iglesia (1 Corintios 12:13).
En Hebreos
12:9, el Omnipotente es llamado "el Padre de los espíritus". Nosotros
finalmente, al tiempo de la resurrección, estaremos compuestos de espíritu —
seremos miembros de la familia divina (Juan 3:6).
En la
resurrección los cuerpos mortales que ahora tenemos serán resucitados cuerpos
espirituales (1 Corintios 15:44) llenos del poder de Dios.
Nótese cuan
a menudo se declare en las Escrituras que hemos de ser herederos de la
naturaleza divina—de un espíritu inmortal, incorruptible, perfecto,
todopoderoso que posee la mente misma de Dios. Hemos de tener la plenitud de la
"naturaleza divina" 12 Pedro 1:4). Pero también podemos recibir parte
de ese poder en esta vida— ¡ahora! La Iglesia apostólica tuvo ese poder —¡y
nosotros también podemos tenerlo!
Somos semejantes a un
óvulo
Al instante
en que nos convertimos en miembros de la familia engendrada de Dios, recibimos
una porción—una semilla o germen—del Espíritu Santo del Padre. "Sobre los
gentiles [fue derramado] el don del Espíritu Santo" (Hechos 10:45). A este
don-cl apóstol Juan le llamo la simiente. Estas semillas divinas que imparten
vida, son emitidas por el Padre en los cielos y, al igual que los gérmenes
reproductores o semen, se unen a nuestras mentes. Cada mente humana es como el
núcleo de un óvulo al cual se une el Espíritu Santo o semilla.
Exactamente
como el óvulo en el vientre de la madre tiene que ser sustentado con alimentos
nutritivos a través de la placenta, así nosotros tenemos que ser alimentados
con la Palabra de Dios.
"Las
palabras que yo os he hablado", dijo Jesús, "son espíritu y son
vida" (Juan 6:63). Esas palabras son la Biblia. Por eso el hombre tiene
que vivir por cada Palabra de Dios.
Exactamente
como los alimentos vivificantes circular en el útero de la madre, así la vida
de Dios tiene que circular a través de nuestras mentes. Nosotros bebemos ]as
palabras vivificadoras de Dios en la Biblia, mediante lectura, estudio y
meditación de la misma. Luego, de la manera que la corriente sanguínea se
encarga de limpiar al feto de toxinas físicas, a través del ombligo, así hemos
de dejar que nuestros pecados pasen de nosotros, pidiendo a Dios perdón para
que figurativamente la derramada son are de Cristo quite de nosotros el pecado.
Pero eso no es todo.
No solamente
las palabras de Dios tienen que fluir a nuestra mente por medio del estudio de
la Biblia, el Espíritu también tiene que fluir hacia nuestra mente.
Note que
cada cristiano convertido recibe una semilla —compuesta de espíritu, no de
materia—que se une con cada mente humana separada que se arrepiente. Eso es lo
que nos engendra. Pero ese germen espiritual tiene que crecer espiritualmente
como el feto en el seno materno "Que Cristo sea formado en vosotros",
dijo Pablo en Gala tas 4:19. "Crezcamos en todo"—en aficiones e
inclinaciones espirituales (Efesios 4:15).
¿Cómo va a
crecer esa semilla que esta unida ahora a nuestras mentes? Mediante la adición
de mas Espíritu—por "la suministración del Espíritu de Jesucristo"
(Filipenses 1:19)
Al germen
que procede del Padre tiene que agregarse una continua suministración de
Espíritu procedente de Jesucristo para que nuestras mentes desarrollen
espiritualmente, de tal manera que cada vez sean mas espirituales menos
carnales — hasta que crezcan al nivel de una mente espiritualmente madura. El
crecimiento espiritual viene por medio de la oración —¡oración ferviente,
rendida, con corazón contrito y humillado! La mas de la gente no crece
espiritualmente, porque no ore con el corazón.
De la manera que el feto en el seno materno
tiene recibir sustancia física edemas del óvulo original y' semen, para fines
de que esa vida física se desarrolle, tenemos que ser llenos de nutrimento
espiritual—"llenos del Espíritu"—para que nuestras mentes crezcan
espiritualmente.
El Espíritu
Santo de Cristo bien puede ser comparado a la corriente eléctrica que pasa a
través de un foco. Nosotros somos ese foco. Pero este no podría irradiar luz
sin el filamento que va dentro. Ese filamento es comparable a la semilla
espiritual procedente del Padre. Conforme mas recibimos del Espíritu de Dios,
mas poder emitimos— mas luz! ¡Nuestra luz en efecto llena el lugar!
La expresión
"llenos del Espíritu" (Efesios 5:18) no quiere decir llenos de
manifestaciones emocionales (que proceden de la carne y no del Espíritu).
Quiere decir que estamos saturados del Espíritu que viene del cielo y es
administrado por Jesucristo en su oficio de Sumo Sacerdote.
Notemos como
explica Pablo esto en Romanos 8:9: "Mas vosotros no vivís según la
carne"—no somos movidos por pasiones carnales—"sino según el
Espíritu"— movidos y guiados por el Espíritu—"si es que el Espíritu
de Dios mora en vosotros". Ese es el Espíritu Santo en la forma de semilla
procedente del Padre, transmitiendo sus características. Pero notemos lo que
Pablo añade: "Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de
el". Se refiere al Espíritu Santo que procede de Jesucristo, y llena
nuestras mentes para que podamos crecer espiritualmente. Los mas no han
entendido esta diferencia en la manifestación del Espíritu.
Velado en el Antiguo
Testamento
En tiempos
del Antiguo Testamento nadie oraba al Padre. Pero nosotros si lo hacemos. Nadie
llamo a Dios "Padre" en los días del Antiguo Testamento. Cristo vino
para declarar quien es el Padre — para declarar que podemos ser engendrados por
El: "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo"—Cristo—"que
esta en el seno del Padre, el le ha dado a conocer" (Juan 1:18).
¿Y que de
los profetas y patriarcas de la antigüedad? ¿No tenían el mismo poder que
podemos tener hoy? ¿No tenían el mismo poder que los apóstoles?
¿Cómo tenían acceso al Espíritu de Dios? Por
medio de Aquel que habría de ser Cristo (1 Pedro 1:11). Cristo, uno de los
miembros del Reino de Dios, fue quien suministraba el Espíritu a Moisés, a Abel
y a todos los fieles de la antigüedad. El envió el Espíritu Santo del Padre
para que estuviera en ellos, para así darles fe y poder. "Y todos estos,
aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe no recibieron lo prometido;
proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros" (Hebreos 11:39-40).
No fue revelado
completamente a los patriarcas y los profetas como uno puede ser engendrado y
nacer dentro del Reino de Dios. Solo sabían que mediante e Eterno, quien
vendría para dar su vida en rescate por todos, heredarían vida eterna. Sabían
que el Espíritu d Dios no era asequible a la gente en general. Sabían que
habría un "camino nuevo y vivo" (Hebreos 10:19-20) por medio del cual
todos tendrían acceso directo al Padre mediante Cristo— para que todos los que
quieran, puedan, participar del Espíritu de Dios—el "Espíritu Santo de la
promesa" (Efesios 1:13).
Hoy en día nosotros —y todo aquel que lo
desee— podemos tener la vida y el poder de Dios como parte integra de nuestro
ser, permitiéndonos vencer y nuestra naturaleza humana.
La naturaleza del
Espíritu
Las cualidades
y entidades espirituales parecen irreales a la mayoría. Y no es de extrañar.
Las cosas espiritual son invisibles, no se disciernen por los sentidos, ;tienen
q ser reveladas por medio de los signos de la escritura en Biblia!
Cuando
hablamos del Espíritu Santo, muchos no pueden entender su naturaleza. Sin
embargo, la Biblia des cribe de manera bien clara la naturaleza del Espíritu
"Dios es espíritu", dice en Juan 4:24. La familia de Dios esta
compuesta de espíritu. El ¿Qué es un verdadero Cristiano? 35 Padre y el Hijo,
que están compuestos de espíritu, tienen una forma definida De un cabo al otro
de la Biblia se nos habla de la forma las partes de cada miembro en la familia
de Dios. El Padre y el Hijo tienen cabeza, cabellos, ojos, nariz, boca, brazos,
dedos, torso, piernas, pies, además de partes internas. El hombre esta hecho a
la imagen de Dios. El hombre es materia, pero Dios es espíritu.
El Espíritu
Santo, al igual que la materia, existe en varios estados. No solamente compone
los miembros de la familia de Dios, sino que también fluye a través de nuestras
mentes, y nos dota del poder que se requiere para hacer buenas obras.
También un espíritu
creativo
Aunque el
Padre y el Hijo están en ubicaciones definidas en lo que respecta a entrambos,
el Espíritu procede de ellos y llena el universo entero de muy semejante manera
que el aire llena todo en la Tierra. Note que las palabras de David demuestran
que el Espíritu de Dios penetra todas las cosas (Salmo 139:7-11). El Espíritu
es la vida de Dios. El aire contiene el oxigeno físico que vivifica al hombre.
Note cuan similar es la comparación.
El Espíritu
divino que llena el universo entero es el canal por medio del cual el Padre y
el Hijo crean. El Espíritu de Dios transformo la energía creativa del Padre y el
Hijo en el mundo físico que vemos a nuestro alrededor. El hombre no tiene
semejante atributo o poder nacido en el. Pero el hombre puede formar
instrumentos que transforman su energía física en objetos visibles, en luz,
calor y otras muchas manifestaciones físicas.
El hombre es
colocado en la Tierra para que aprenda a inventar instrumentos para obras
creativas, aunque con ciertas limitaciones, para que se entrene y se ejercite
en alcanzar la meta eterna: llegar a ser parte de la familia de Dios, lo cual
significa compartir el control del creativo Espíritu de Dios.
Dios es una
familia. El padre en los cielos quiere que usted llegue a ser un miembro de su
familia divina. Usted puede ser su hijo si somete totalmente su vida a El—si
cree toda la Biblia—si cree que Cristo es su Salvador y lo obedece—y llega a
ser lleno del poder del Espíritu de Dios. Este conocimiento ha llegado hasta
usted. Ahora... ¿que va a hacer con el?
(Que es un verdadero cristiano? Por Herbert W Armstrong)
Temas conectados
Capítulo 1: El sermón del monte
Capitulo 2: ¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
Capitulo 3: ¿Debe usted ser bautizado?
Capitulo 4: Usted puede ser saturado del poder de Dios
Capitulo 5: La tentación vencida
Capitulo 6 :El por qué de las oraciones sin respuesta
Capitulo 7: Claves para la oración efectiva
(Que es un verdadero cristiano? Por Herbert W Armstrong)
Temas conectados
Capítulo 1: El sermón del monte
Capitulo 2: ¿Qué es el verdadero arrepentimiento?
Capitulo 3: ¿Debe usted ser bautizado?
Capitulo 4: Usted puede ser saturado del poder de Dios
Capitulo 5: La tentación vencida
Capitulo 6 :El por qué de las oraciones sin respuesta
Capitulo 7: Claves para la oración efectiva
No hay comentarios:
Publicar un comentario